Rafael Orozco es un pianista
cordobés nacido el 24 de Enero de 1946. Para los entendidos críticos
musicales, ha sido uno de los mejores pianistas del siglo XX, aunque su fama y
prestigio no estuvieran a la altura de sus impecables interpretaciones, quizá
porque no buscó el reconocimiento a toda costa.
Entre su repertorio, cabe
destacar su interpretación de la integral de Conciertos de Rachmaninov, de una
calidad técnica inigualable, así como las Sonatas de Liszt, los estudios de
Chopin o la Suite Iberia del compositor español Isaac Albéniz.
En el año 1987 se le concede la
Medalla de Oro de la ciudad y el título de hijo predilecto.
Tras su prematura muerte, en Roma
en 1996, el pianista cordobés daría nombre al Conservatorio Superior de Música
de Córdoba por unánime acuerdo claustral, el cual celebra anualmente el
Festival de Piano Rafael Orozco en honor a su ilustre músico.
Para los alumnos de piano es todo
un referente, especialmente en la música española. Orozco fue un gran admirador
de la música de Albéniz, del cual decía:
“Albéniz se enamora del paisaje andaluz, y quiere expresar toda la
riqueza de aromas, de colores y de reflejos de esta tierra tan pródiga en
producir sensaciones artísticas. Y para ello buscó y encontró el lenguaje
armónico que más le convenía y que con mayor fidelidad pudiera traducir aquel
afán expresivo.
Tampoco estoy conforme con quien afirma que esta música es recargada,
barroca y que en ella hay un derroche superfluo de efectos y de dificultades de
todo tipo. Como decía Mozart a su emperador, que reprochaba lo mismo a sus
creaciones, podemos afirmar también que en la música de Albéniz no sobra ni
falta nada, todo está en función de lo que quiere expresar su autor, quien era
totalmente consciente de los medios que ponía al servicio de su inspiración”.
La forma de interpretar la música
de Albéniz era todo un prodigio de color, los planos sonoros eran formidables y
la técnica, exquisita.
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